Velos de novia: en qué situaciones optar por lucir estas creaciones

Contempla cuáles son las situaciones más favorables para utilizar los velos de novia y decide si quieres llevar uno de estos diseños el día de tu boda

Es la eterna pregunta: ¿velos de novia, sí o no? A infinidad de novias les asalta esta misma duda. ¿También es tu caso? Antes de nada, debes saber que la decisión es personal. Tú eres quien debe decidir todos los detalles de tu vestido y sus accesorios. De este modo, cuando el día de tu boda camines hacia el altar, te sentirás tan especial como siempre has soñado.

¿Cuándo es buena idea llevar velo?

Existe una serie de circunstancias que hacen que el uso del velo resulte más oportuno. Tenerlas en cuenta te ayudará a decidirte a la hora de elegir llevarlo o no. Te las presentamos una a una para que puedas valorarlas.

1. Cuando la tradición se impone

En algunas familias, las bodas que se han sucedido generación tras generación están marcadas por las tradiciones más arraigadas que se resisten a desaparecer. Las jóvenes que van a contraer matrimonio no dudan en seguir los pasos de sus madres y abuelas. No es extraño que repitan el lugar de la ceremonia, el uso de joyas heredadas e incluso un diseño similar de vestido de novia. El velo suele ser, en estos casos, un complemento imprescindible que no dudan en usar.

Si tú también sueñas con dar el "sí, quiero" de la manera más tradicional, seguro que en tus planes se incluye lucirlo. Puedes decantarte por uno como los que eligieron tus antepasados o quién sabe si reciclar el que haya pasado de madres a hijas.

2. En las bodas religiosas

El velo acostumbra a llevarse con una mayor asiduidad en las ceremonias religiosas que en las civiles. Es una costumbre que tiene su origen en las bodas cristianas del siglo XIX, cuando su uso se hizo obligatorio. A pesar de que hoy en día esa obligatoriedad no tiene vigor, son muchas las novias que se cubren su rostro con él. También les permite cubrir sus hombros cuando el vestido carece de mangas.

Si tu boda va a ser por lo civil y estás pensando en llevar velo, también puedes hacerlo. Los diseños que se estilan en estos casos pueden ser de un tamaño menor a los empleados en los templos.

3. Para potenciar el look final

Los vestidos de novia parecen, en muchos casos, aún más espectaculares cuando se les añade un velo. El aspecto final parece más completo. Sin lugar a duda, lo potencia. ¿Por qué ibas a renunciar a él si el resultado es más favorecedor?

Además, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda y los diseñadores no dudan en añadirlo a sus creaciones. Entre los diferentes tipos que encontrarás están:

• Velo catedral. Es el de mayor tamaño y el más tradicional.

• Velo capilla. Es algo inferior que el anterior, pero igual de elegante.

• Velo mantilla. Deja el rostro despejado.

• Velo francés. Es corto, como un tocado.

• Velo corto o blusher. Se extiende por debajo de los hombros.

Si estás decidida a llevarlo, elige uno de los velos de novia que más se ajuste a tu estilo. La decisión final es tuya.